9 feb 2018

SAN VALENTÍN Y LOS PLANES QUE NO TIENEN ÉXITO

Ya está cercano el día de San Valentín y pese a que muchas personas dicen que es pura mercadotecnía, a mi en lo personal me encanta celebrarlo y si si ya se que muchos piensan que no es necesario que haya una fecha especial para decirle a la gente lo mucho que los queremos pero vamos que los corazones rojos y los peluches inunden la ciudad a nadie le hace mal.

Como cada año siempre quiero hacer algo diferente y es que luego se me ocurren cosas lindas y el Mirrey me las complica cambiando los horarios a la mera hora y arruinando sin wuerer la sorpresa y es que el año pasado se me ocurrió mandar un rico desayuno sorpresa pero no cualquier desayuno sorpresa, no señor, uno hecho por mi. Para esta tarea convoqué a 2 amigas más (digo para que también nos divirtiéramos con la experiencia) y entre nosotras les llevariamos los desayunos sorpresa a los maridos y en el inter hasta tuve chance de vend dos desayunos más. Así que una semana antes compramos, pintamos y decidimos el menú. Todo iba viento en popa.

Le pedí ayuda a un primo para que hiciera las veces de chofer y nos llevara a las entregas. No se en qué momento yo creí que en cuestión de máximo dos horas tendríamos a 5 personas felices y enamoradas desayunando rico ( ¡Qué ilusa!). 

Para empezar el Mirrey siempre se va antes de las siete de la mañana a dar clase (pero como era de esperarse ese día NO), urgía entregar un desayuno a las 8 y mis amigas no podían venir a casa tan temprano por que uno se iban a dar cuenta los maridos y dos es día de clases y hay que prrparar a los enanos para el cole así que yo bien macha me pregunté a mi misma: mi misma ¿Tú puedes hacer los 5 desayunos sola? Obviooo me respondí... y obvio no.

Tuve que hace los desayunos casi a oscuras para no llamar la atención del Mirrey a esa hora, así que me alumbré con el celular (si ya se pero no se me ocurrió nada mejor). Tardé lo doble de tiempo que con un foco decente y me encontré estresada, sola y con un compromiso cocinando en la penumbra tratando de no hacer ruido y en fin... sonaba bien el plan en mi cabeza en un principio jajaja. 

Llegó el chofer y subimos todo al coche, le mentí al marido y me fui... rumbo al tráfico en el cual perdimos mas de media hora pero al fin el desayuno de las ocho llegó a su destino. 

Proseguimos con los dos desayunos por encargo y para el primero se hacía tarde, quien lo tenía que recibir estaba por salir y yo aún estaba lejos, la foto que llevaba su paquete por alguna extraña razón que aun no entiendo se maltrató hor rri ble y tuve que compensar ell hecho con un chocolate extra. Al fin llegamos.

El tercer desayuno era mas relax, también era por encargo pero no había tanta prisa en llegar excepto porque mi marido aún no había recibido el suyo (OMG!) y bueno pese al tráfico se entregó.

Llegamos al lugar en donde iba a estar el Mirrey según los horarios y al llegar al estacionamiento el coche de el no estaba así que esperamos (y esperamos y esperamos) y cunado no tuve opción le llamé fingiendo demencia y me salió con que se había ido a dar clase a otro lado porque en el otro plantel habí convivio y no hubo clase y luego agregó "tengo hambre" te fuiste y ya no me dio tiempo de desayunar... plop.

Corrímos hasta el lugar donde se encontraba y por fin recibió su desayuno (café frío, jugo medio regado... ¡Una delicia! 

Ya eran casi las 12 del día y aún nos faltaba un desayuno por entregar (para un marido que ese día tampoco se fue a trabajar temprano y hasta tuvo que desayunar en su casa pero bah... ya estaba hecho su paquete que ni tan sorpresa fue).

Como  veran el asunto de los desayunos sorpresa fue todo un caos y poca diversión al final de cuentas, así que este año está descartado. Por el contrario quiero organizar una cena romántica en casa ya que el año pasado salimos y ahora quiero algo diferente, ya les contaré.

Sale, bye.

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